¿Alguna vez has experimentado ansiedad y sentido que has fallado como creyente? Vivimos en un mundo donde se habla extensivamente sobre temas como la salud mental, el estrés, la ansiedad y la depresión. Mientras que en generaciones anteriores cualquier tema tratando con “emociones” era silenciado, hoy encontramos estos temas en todos lados. Escuchamos sobre la depresión de un familiar, la ansiedad de un vecino y el estado mental de algún joven en nuestra iglesia. Pareciera que el tema está en todos lados.
Como creyentes, tendemos a informarnos o alejarnos de tales temas. Es fácil caer en extremos y decidir que todo lo que tiene que ver con la salud mental proviene del enemigo y es secular. O podemos terminar en un extremo que se deja guiar por las emociones del momento o las corrientes psicológicas que están de moda. Pero existe la realidad que este es un tema que nos afecta tanto a los cristianos como a los demás. Es en estos momentos donde empezamos a hacernos ciertas preguntas: ¿La ansiedad es algo meramente espiritual? Si soy creyente, ¿por qué estoy experimentando esto? ¿He fallado en mi fe? ¿El experimentar ansiedad significa que he fracasado como cristiano? Pensé que confiaba en Dios, pero estoy experimentando temor. ¿Qué significa esto? ¿Dios puede liberarme de la ansiedad?
Dios te dio la capacidad de sentir
Es importante recordar que Dios nos creó con emociones, sentimientos y un sistema nervioso. Todos sentimos gozo, esperanza, y en ciertos momentos temor, tristeza y ansiedad. Dios nos dio un sistema nervioso para protegernos. Él nos diseñó y conoce cómo somos creados y diseñados. Dios diseñó nuestras emociones y al mismo tiempo Él nos dio dominio sobre ellas. ¿En quién basó este diseño Dios? ¡En sí mismo! Él es un Dios que siente gozo, tristeza, y enojo. Jesús mismo experimentó ansiedad y soledad. Dios no está aislado de nuestros sentimientos. Él sabe lo que sentimos y puede identificarse con cada una de nuestras luchas. (Hebreos 4:15)
¿De dónde viene la ansiedad?
La ansiedad es algo que puede provenir de distintos lugares. Los creyentes tienden a atribuirla al enemigo y el mundo tiende a atribuirla a algún desorden mental, alguna trauma o simplemente tu genética. ¿De dónde viene realmente?
Es importante reconocer que existe un mundo espiritual. Muchas veces lo que experimentamos aquí en la tierra proviene de lo que está aconteciendo en lo espiritual. (Efesios 6:12) También vivimos en un mundo caído que está sufriendo los resultados del pecado. Pero la realidad es que Dios es un Dios de paz. Jesús mismo es el Príncipe de Paz. El temor y la ansiedad nunca van a originar en Dios.
Entonces, ¿por qué experimentamos ansiedad? Si somos hijos de Dios y Él es un Dios de paz, ¿por qué seguimos luchando con esto? Estas son preguntas que muchos creyentes se hacen. Es aquí donde entramos en la realidad de que vivimos en un mundo caído. Dios es un Dios de paz, y Él vive en nosotros, y aún así experimentamos tiempos de temor. Es como la sanidad. Dios es un Dios que sana, pero siguen habiendo enfermos. ¿Esto significa que Dios no quiere sanar? ¿Significa que los creyentes enfermos no confían en Dios? ¡De ninguna manera! Dios siempre quiere sanar y es capaz de hacerlo. De hecho, Dios sigue sanando el día de hoy.
Podríamos decir que es así con la ansiedad. ¿Dios quiere que vivamos en temor? ¡De ninguna manera! ¿Dios es capaz de liberarnos de la ansiedad? ¡Claro que sí! ¿Todos experimentamos una liberación inmediata? No siempre, aunque muchos sí lo han experimentado.
Ya sea que la ansiedad que experimentas sea de parte del enemigo y algo espiritual, o algo físico, o algo heredado, Dios es un Dios de paz y Él está contigo. Hay un mundo espiritual que quiere dividir, pero existe un Dios que quiere liberar. Hay un enemigo que quiere sembrar temor, pero hay un Dios suficientemente poderoso para traer paz a tu vida.
Distintos personajes bíblicos experimentaron ansiedad
Varios personajes bíblicos experimentaron ansiedad. David estuvo ansioso a tal grado que escribió lo siguiente: “Mi corazón late en el pecho con fuerza; me asalta el terror de la muerte. El miedo y el temblor me abruman, y no puedo dejar de temblar.” - Salmos 55:4-5 NTV
¿Cuál fue la respuesta de Dios a esto? Dios no le dijo a David: “¡Hombre de poca fe! Si tan solo leyeras más la Biblia no estarías pasando por esto.” Dios escuchó cada oración, vio cada lágrima y cada momento de terror. Dios estuvo con David en medio de los momentos más oscuros de su vida. Cuando parecía que no había salida, Dios estuvo allí. En Salmos 23 podemos ver un poco de cómo Dios se reveló a David en estos momentos: “Aunque tu camino me lleve por el valle de la más profunda oscuridad el miedo nunca me conquistará, ¡porque Tú ya lo has hecho! Tu autoridad es mi fuerza y mi paz. El consuelo de tu amor aleja mi temor. Nunca me sentiré solo, porque tú estás cerca.” - Salmos 23:4 TPT
Jesús mismo pasó por momentos de gran angustia. Justo antes de su muerte, Jesús estaba tan afligido, y estaba pasando por medio de tanto estrés y pánico, que empezó a sudar gotas de sangre. Estudios médicos han mostrado que el estrés extremo puede causar esta condición. (Lucas 22:41-44)
¿Cuál fue la respuesta de Dios? Envió un ángel para fortalecerlo. Estuvo con él hasta el momento de su muerte, y le dio la fuerza para poder cumplir su misión - adueñarse del pecado de toda la humanidad y morir para restaurarla.
Jesús sabe lo que es pasar por ansiedad. Jesús sabe lo que es ser abandonado por todos (sus discípulos lo abandonaron y Dios mismo lo dejó cuando estaba en la cruz). Jesús pasó por eso, y Él entiende lo que tú has pasado. Él sufrió solo para que tú y yo nunca tuviéramos que sufrir solos.
¿Cómo tratamos con la ansiedad?
La ansiedad es algo real. Jesús, siendo el Hijo de Dios, experimentó ansiedad. Pero esa experiencia es lo que hace cada uno de sus mandamientos más poderosos. Jesús nos instruye vez tras vez en la Biblia a no temer, y Él puede decir eso desde un lugar de experiencia. Él se puede identificar con nuestras debilidades y temores. Pero, ¿cómo podemos obedecer estos mandamientos cuando estamos lidiando con ansiedad?
Es curioso que la palabra hebrea para paz (shalom) significa “completo; unir”. Lo que el temor hace es dividir nuestra mente y jalarla en distintas direcciones. Pero Dios quiere que seamos personas completas, llenas de paz y con una mente enfocada y unida.
Es esencial reconocer que esta paz no origina con nosotros. La paz proviene de Dios mismo. En momentos de angustia es tan fácil querer arreglar las cosas y “crear” nuestra propia paz. Es fácil querer tomar el control y someter nuestras emociones y nuestros propios pensamientos. Pero es difícil encontrar un verdadero sentimiento de paz en nuestras propias fuerzas. Lo bueno es que no tenemos que intentar crear nuestra propia paz. Es la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento la que guarda nuestros corazones (Filipenses 4:7). Cuando estés experimentando momentos de angustia, busca a Dios y aférrate a la paz que solo Él puede dar.
Si has estado batallando con ansiedad, quiero animarte y decirte que no hay vergüenza en que estés donde estás. No eres menos por sentir ansiedad. Dios te ama, y Él conoce y sabe lo que estás pasando. Busca a Dios, comparte lo que hay en tu corazón con una persona en la que confíes, con algún líder o con algún mentor. Si lo consideras necesario, busca ayuda profesional. Dios no te va a condenar por eso. Recuerda que Dios está contigo, Él sabe lo que estás pasando, y Él es capaz de traerte libertad completa y paz que sobrepasa todo entendimiento. Puede que suene muy simple decirlo, pero esto no va a durar para siempre. No te desanimes, sigue caminando, y entrega cada uno de estos temor a Dios. (1 Pedro 5:7) ¡Dios es fiel y peleará por ti!
“El Señor mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos.” - Éxodo 14:14 NTV
Puntos Principales
1. Dios nos creó con emociones: Es importante reconocer que Dios creó a los seres humanos con emociones y un sistema nervioso. Emociones como la alegría, la esperanza, el miedo y la ansiedad son parte de nuestro diseño, y Dios comprende y puede relacionarse con nuestras luchas con ellas.
2. Comprende la fuente de la ansiedad: La ansiedad puede tener diversas fuentes, incluyendo factores espirituales, psicológicos, genéticos y ambientales. Si bien es importante reconocer el aspecto espiritual, también es esencial reconocer que vivir en un mundo caído puede contribuir a la ansiedad.
3. Figuras bíblicas experimentaron ansiedad: Figuras bíblicas destacadas como David e incluso Jesús experimentaron ansiedad y momentos de gran angustia. Sin embargo, Dios estuvo con ellos en sus momentos más oscuros, ofreciendo consuelo y fuerza.
4. Encuentra paz en Dios: Lidiar con la ansiedad implica buscar la paz en Dios. La palabra hebrea para paz, "shalom", significa plenitud y unidad. La verdadera paz proviene de Dios y puede proteger nuestros corazones y mentes, superando la comprensión humana.
5. Busca ayuda y apoyo: Experimentar ansiedad no es signo de debilidad ni falta de fe. Es esencial buscar apoyo de personas de confianza, líderes o mentores. Si es necesario, se puede buscar ayuda profesional sin sentirse condenado, ya que Dios comprende nuestras luchas y es capaz de brindar libertad y paz.