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Año de esperanza

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Amados consiervos:

Qué oportunidad se nos brinda de dar gracias a Dios y reconocer los tiempos y sazones que nos tocan vivir en pro, no sólo de nuestro propio bienestar y éxito, sino en el avance y conquista del reino de Dios en nuestro entorno y sobre todo en la vida de quienes nos rodean.

“No temas, porque yo estoy contigo”… Is.41:10.

Podría ser una de las verdades que Dios está declarando ante nosotros, además de muchas otras. Lo digo porque es necesario que atendamos con cuidado, pues, al hacerlo, nos estaremos acercando al cumplimiento de su propósito.

Al escribir ésta, espero que todos estemos bendecidos, sanos y sirviendo con gozo a quien nos llamó y nos tuvo por fieles “poniéndonos en el ministerio” pues es fiel a su promesa, concediendo su gracia y favor a cada uno. No obstante recordamos a compañeros de la milicia, familiares y conocidos que ya no están entre nosotros a causa de la pandemia. Doy gracias a Dios por lo que Él hizo, y está haciendo en nosotros sacándonos del pozo de desesperación y muerte y proveyendo mejores días.

Quiero compartir un poco de los que hemos vivido mi familia y yo en estos dos meses pasados. “Soy un sobreviviente del COVID-19” es una frase que he acuñado. Que Él está con nosotros, seguro; pues nunca imaginamos lo que nos esperaba, y aunque fue terrible es evidente que fue una oportunidad para la intervención divina a nuestro favor.

Nos habíamos cuidado de la pandemia, observamos el protocolo de Salud y atendimos cuidadosamente la medidas sanitarias por diez meses (de marzo a Diciembre del 2020) sin siquiera sospechar ser parte de las estadísticas. Pues ¿qué pasó? Que estuvimos dispuestos a recibir en nuestra casa a un amigo de nuestro hijo (que venía de España) que aunque asintomático, era portador del virus. Él llegó de visita y permaneció con nosotros quince días. Obviamente el tiempo transcurrió sin incidentes, detalles o situaciones que marcaran lo inminente, ni se observó el inicio de algo; pero, comenzó como inesperado: malestares que más tarde se convirtieron en una taque directo: estábamos “infectados y éramos positivos”. Aún inconscientes de lo que había sucedido, no dábamos crédito a lo que estaba pasando. Pronto nos dimos cuenta que mi hijo inició con un ataque severo del virus, mi esposa resultó con síntomas moderados, y yo con el virus de una forma menos agresivo que mi hijo; parecían tres enfermedades distintas que habían llegado a nosotros.

Los primeros días no estuvimos conscientes de lo sagaz y peligroso del virus, pero muy pronto pasamos por la vereda de la muerte, así nuestro futuro (de mi hijo y yo) fue obscuro e incierto. Ahí vivimos como de milagro recibiendo la ayuda de auténticos ángeles: médicos, enfermeras, socorridas, proveedores y hasta vecinos que fueron enviados de lo alto a nuestro favor y vivieron junto a nosotros: “el milagro de la vida”.

No puedo sino agradecer al Señor la ayuda, el apoyo y respaldo de nuestras hijas, aunque ellas tuvieron contacto con el joven que nos visitó, el Señor las libró de ser infectadas y nos brindaron su ayuda, apoyo y respaldo; y qué decir de todos aquellos que pelearon con nosotros la batalla en oración e intercesión a favor nuestro, tan necesarias en tiempos así. “No temas”… es su Palabra. La recibimos y nos gozamos de todo lo que conlleva su aplicación. Alabamos a Dios por su promesa y confesamos que hemos sido bendecidos y vivificados por su Palabra, gracias Señor…

Por meses hemos tenido el templo que pastoreamos cerrado, mucho tiempo de inactividad como medida preventiva y esperando que Dios nos guíe en este particular: cómo y cuándo abrirlo. Quizás algunos de ustedes están en ésta disyuntiva, como nosotros, otros por causas de renta o construcción no hubo las finanzas para cubrir gastos. Que el Señor provea su sabiduría cualquiera que sea el caso. Amén

Agradecemos al Señor por el equipo de EAM que continuamente oran por pastores y obreros; y en este tiempo difícil, su respaldo para nosotros fue valioso, gracias equipo.

Oramos que Dios les guarde y conserve; por favor cuídense… hasta luego.

Homero y Magaly Rios

Homero Ríos
02/03/2021

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Homero Ríos es pastor de la iglesia Dios es amor en Monterrey, N.L. Es maestro bíblico y conferencista reconocido a nivel internacional. Ha predicado, enseñado, y dado conferencias en varios países, incluyendo Costa Rica, Puerto Rico, Estados Unidos y España. Ha trabajado como parte integral del equipo de liderazgo de Escuela Avanzada de Ministerio desde su incepción a finales de la década de 1980.