“Lámpara es a mis pies tu Palabra y lumbrera a mi camino”. Sal.119:105
Un aspecto que debe ser muy importante para nosotros es no citar ligeramente la Escritura, o dar una idea diciendo: "la Biblia dice". Es arriesgado y peligroso al mencionar vagamente algo sin asegurarnos que sea lo que la Escritura dice.
Hemos escuchado expresiones, durante años y años, que la Biblia dice: "Ayúdate que yo te ayudaré”. Evidentemente en ningún lado de la Escritura encontramos esto; por el contrario, encontramos a Dios diciéndole a Josué: "Esfuérzate y sé muy valiente" (Josué 1:9). Sin embargo, prácticamente no estamos hablando de lo mismo, estamos hablando de expresiones bíblicas citadas con exactitud y si es posible, añadimos la cita bíblica.
Permítame usar un ejemplo en Jeremías 34:8: "La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová, después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jerusalén, para promulgarles libertad".
A saber, el rey en turno había hecho un pacto o promesa de promulgarles libertad. Sucede en la historia bíblica en Levítico 25:10 donde Dios declara simplemente que cuando llegue el año de jubileo o el año número cincuenta, ese será un año de libertad y una frase ahí dice: "Y santificaréis el año cincuenta y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volverá cada uno a su posesión, y cada cual volverá a su familia" Levítico 25:10.
El jubileo traería libertad como una promesa divina y no como una declaración del rey. Aquí en este versículo entendemos que el rey Sedequías no contó con el Señor para su declaración, y en lugar de esto, el versículo 17 añade: "Por tanto, así ha dicho Jehová: Ya que vosotros no me habéis escuchado para promulgar cada uno libertad a su hermano y cada uno a su prójimo, he aquí que yo promulgo libertad, dice Jehová, libertad a la espada, a la pestilencia y al hambre; y os haré motivo de terror para todos los reinos de la tierra".
Lo que encontramos aquí es que el rey Sedequías por causa de esa repetición de cada cincuenta años, pensó: "podemos hacerlo", y es, en esa misma presunción que la gente ahora dice: "yo declaro o yo decreto”, pero ni nuestra declaración o decreto tiene una base bíblica.
Cuando Dios corrigió al rey Sedequías, en lugar de darles libertad, serían escarnio, afrenta o terror a las naciones.
Asegurémonos de que nuestra declaración esté respaldada por la declaración divina, de modo que no nos equivoquemos o actuemos con presunción.