Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos. (Proverbios 17:22, NVI)

El corazón alegre constituye buen remedio; Mas el espíritu triste seca los huesos. (Proverbios 17:22, RV60)

En Latinoamérica hay un dicho que dice: “De doctor, poeta y loco todos tenemos un poco”. Y esto es una realidad, porque apenas decimos: "Me siento mal", todos a nuestro alrededor tienen algo que recomendarnos: un masaje, un té, una pomada, un caldito, un medicamento etc.

Hoy más que nunca psicólogos y psiquiatras a través de diferentes plataformas nos dicen que muchas de las enfermedades que se padecen son porque el espíritu está angustiado: no hay perdón, hay ansiedad, hay rencor, hay enojo, etc.

Estos profesionales de la salud dicen que la falta de alegría causa una sociedad enfermiza: la ira enferma al hígado; cargas muy grandes en la vida traen dolores de espalda; secretos muy guardados, dolores de garganta; y así han salido cientos de enfermedades causadas por diferentes estados de ánimo (por supuesto que no todos los dolores y enfermedades son causadas por esto, por ejemplo si se cayó y se golpeó la rodilla es otra causa, hay diversas causas a diversas enfermedades) pero me estoy refiriendo a aquellas enfermedades que son psicosomáticas.

El ánimo decaído seca los huesos, en otra versión dice que el ánimo triste envejece el cuerpo, lo enferma.

Estamos en una sociedad donde el énfasis son a las cosas negativas, los defectos de otros, la falta de fe, ¡problemas y más problemas! Claro que esto trae angustia al corazón y el ánimo se decae.

Hace unos días vi un vídeo de una empresa japonesa. Cada día por unos minutos se reúnen para reír, todos respiran profundo y dicen: “ja ja ja”. Lo repiten varias veces para que la sonrisa se note en la cara, aunque no se sienta. Los estudiosos dicen que se engaña el cerebro haciendo este ejercicio y el cerebro emana sustancias que ayudan a sus estados de ánimo y a diferentes enfermedades. Me pareció la cosa más horrible! Ver esas sonrisas obligadas y cerebros engañados.

La Biblia dice en con en Filipenses 4:8:

Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

Si mantenemos esa clase de pensamientos, dejando de suponer, siendo transparentes y justos, buscando lo puro lo amable, y si solamente una cosa buena hubiera y pensamos en ello, tendremos motivos para sonreír. Además, la gratitud nos lleva a estar alegres.

...y sed agradecidos. (Colosenses 3:15c, RV60)

Buscar motivos para estar agradecidos nos va a poner la atención en las cosas buenas de la vida.

Hace algunos años me propuse una meta, sonreírle a Dios cada día. Sinceramente muchas veces no tenía ganas de sonreírle, pero como dice el Salmo 103, pensaba en alguno los beneficios y bendiciones de ese día y sería ingrata si no hubiera encontrado motivos para sonreír.

• Sonría frente al espejo y verás como mejora su aspecto físico.

• Sonríele a su esposa y tendrá como respuesta una mirada de amor.

• Sonríele a su esposo y algo sucederá en él, se sentirá aprobado y respetado

• Sonríale a sus hijos ¡y habrá alegría en su hogar!

• Sonríe a los que le ayudan o sirven y lo harán con esmero

• Sonría a su vecino, al que pasa por ahí, al hermano en la fe, a su pastor, a su amigo, a la nuera, al yerno, a la suegra, ¡sí!, dije a la suegra... jajajaja, sonríale al cuñado, al nieto, pero sobre todo antes de seguir leyendo ¡sonríale a Su Dios!

En el Salmo 80, se menciona varias veces:

Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos. (Salmos 80:3, RV60)

La palabra “resplandecer” incluye en su original sonreír, así que el verso diría: “sonríenos” y seremos salvos. La sonrisa del Padre Celestial trae bienestar, salvación.

Y si Dios sonríe, ¿por qué tú no? Y si juntas todas esas sonrisas, estarás alegre y el corazón alegre constituye un buen remedio.

¡Trate de encontrar motivos para estar alegre! La alabanza es un buen camino para ello. Hablar de las cosas buenas sucedidas, y por fe hablar de las buenas cosas que vienen.

Uno escoge si estar alegre o triste. Si en este momento le cuento todas las cosas tristes que he pasado y usted me cuenta las suyas, terminamos llorando; pero si, por contrario, nos platicamos las cosas buenas que nos han sucedido, tendremos alegría y gratitud.

La próxima vez, recete alegría. ¿Cómo?

• ¡Dé un regalo a alguien cuando no lo espere!
• Escriba una nota de gratitud a alguien.
• Dígale a alguna persona una cualidad que vea en ella.
• Deje un mensaje en el refrigerador a sus hijos (un mensaje reconociendo sus virtudes y esfuerzos).

¡Distribuya alegría!

Dice el libro de Santiago: ¿Está triste? ¡Ore! ¿Está alegre? ¡Cante alabanzas!

Para terminar, recuerde que la alegría es un remedio infalible!

Un abrazo y una sonrisa,

Marjorie Mondragón

P.D. No olvide que tendremos EAM en Tijuana los días 15-18 de octubre. Y los días 27-30 de enero, 2025, tendremos Escuela Avanzada en Cuernavaca.