Loading...

El verdadero pastoreo

Featured image for this article

Queridos pastores y líderes:

Eligió a David su siervo, Y lo tomó de las majadas de las ovejas; De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos. (Salmos 78:70-72)

El verdadero pastoreo

Al contemplar el llamado de David, descubrimos una verdad poderosa: a Dios no le importa nuestro trasfondo, sino nuestra disponibilidad para ser usados por Él. Cuando el Señor eligió a David, no se fijó en sus credenciales o linaje, sino en la calidad de su corazón y su potencial para servir al pueblo escogido.

El arte de apacentar comienza fundamentalmente con la integridad de corazón. Todo ministerio efectivo florece al ritmo de la confianza que generamos, mucho antes de que se evalúen nuestros conocimientos teológicos o experiencias ministeriales. Esta integridad construye puentes sólidos no solo con los hermanos de la fe, sino con toda la comunidad que nos rodea. De ella brotan naturalmente el compromiso, la disposición, la generosidad y la verdadera hermandad entre los creyentes.

Es importante reconocer que un pastor incapaz de atravesar sus propios procesos de crecimiento difícilmente sabrá guiar a sus ovejas a través de los suyos. Por esta razón, el mero estudio académico de las Escrituras, aunque valioso, resulta insuficiente para la formación pastoral completa, pues no incorpora la dimensión vital de los procesos personales.

El triple llamado del verdadero apacentamiento

Primero: Proporcionar alimento nutritivo.
Así como un cuerpo bien nutrido resiste enfermedades y desarrolla fortaleza, una congregación alimentada con enseñanza sólida y balanceada desarrolla resistencia espiritual y fortaleza interior. Nuestro llamado comienza con esta responsabilidad fundamental: nutrir adecuadamente a quienes pastoreamos.

Segundo: Conducir hacia pastos de calidad.
No basta con alimentar; debemos buscar diligentemente los mejores nutrientes espirituales para nuestro rebaño. Esto implica ir más allá de la preparación apresurada de mensajes. Los pastos más nutritivos requieren dedicación en oración, estudio profundo y entrega completa a la hora de buscarlos. Nuestro compromiso con la excelencia en la enseñanza refleja nuestro amor por las ovejas.

Tercero: Vigilar con discernimiento.
La vigilancia pastoral no consiste en controlar cada aspecto de la vida de los creyentes, sino en conocerlos lo suficientemente bien para ofrecerles un cuidado personalizado. Cada oveja es única, con necesidades, talentos y llamados específicos. ¿Nos hemos detenido a conocer los sueños y aspiraciones de quienes pastoreamos? Esta atención personalizada marca la diferencia entre un pastor funcional y uno transformacional.

Los dos pilares del pastoreo efectivo

La pericia: destreza nacida de la sumisión.
La verdadera pericia pastoral se desarrolla viviendo bajo autoridad legítima, pues es allí donde aprendemos precisión, discernimiento y estrategia efectiva. Cuando las ovejas perciben esta pericia en acción, experimentan un profundo sentido de seguridad. Esta seguridad, a su vez, fomenta permanencia y arraigo, permitiendo que los creyentes establezcan raíces profundas en la comunidad de fe, convirtiéndola en un verdadero hogar para ellos y las generaciones futuras.

La integridad: transparencia que genera confianza.
La transparencia constituye el fundamento de toda integridad auténtica. Cuando los líderes somos transparentes, nuestras ovejas desarrollan una confianza inquebrantable, y esta confianza se traduce naturalmente en compromiso activo con la visión. Un rebaño que confía en su pastor participa con entusiasmo en la misión, asume responsabilidades y se apropia del llamado colectivo.

Sé un minero de tesoros

Como un minero que continúa excavando en la misma veta después de encontrar un diamante, les animo a seguir meditando en las inagotables riquezas de este pasaje bíblico (Salmos 78). Cada nueva reflexión nos revela tesoros adicionales para nuestro desarrollo como pastores según el corazón de Dios.

Mi oración sincera es que el Señor desarrolle en ustedes manos llenas de pericia y corazones que rebosan de integridad, para que sus ministerios alcancen horizontes ilimitados y sus victorias sean contundentes en cada aspecto de su labor pastoral.

Con cariño,

Ofir y Tere Peña
de parte del equipo de Escuela Avanzada de Ministerio

Ofir Peña
20/05/2025

Photo of the author

El Pastor Ofir Peña juntamente con su esposa, Tere, es el director de una creciente red de iglesias en México y es fundador del ``Centro de Rehabilitación Senda de Vida''. Tiene un llamado del Señor sobre su vida en el área de la enseñanza, siendo un maestro muy dinámico y un orador ameno. Comparte palabra fresca de revelación en varios estados de la República, así como en diferentes países.