¡Dios es un Dios de abundancia! Aún así, como hijos de Dios, muchas veces nos estancamos en una mentalidad de pobreza. Al querer mantenernos balanceados y firmes en nuestra fe y convicciones, hemos querido evitar un evangelio de prosperidad y terminado promoviendo una mentalidad de pobreza. Esta es una línea fina, y para evitar caer en extremos tendemos a evadir el tema por completo. Pero, ¿Dios no tiene algo que decir sobre este tema? ¿Cómo reconcilias un Dios de abundancia sin caer en un evangelio de prosperidad? ¿Qué hay de la humildad?
¿Qué es una mentalidad de pobreza?
Para comenzar, debemos aclarar lo que una mentalidad de pobreza es: "La mentalidad de pobreza en el cristianismo es una mentalidad marcada por la duda en la abundante provisión de Dios, una preocupación por la escasez percibida y una creencia persistente de que uno está destinado a vivir en la carencia o la necesidad. A menudo se manifiesta como miedo, preocupación y reticencia a confiar en las promesas divinas de abundancia, tanto material como espiritual. Esta mentalidad puede obstaculizar el crecimiento personal, la generosidad y la profundización de la fe en la provisión inagotable de Dios."
¿Cómo puedes saber si tienes una mentalidad de pobreza? Hazte las siguientes preguntas:
¿Sientes una preocupación constante acerca de tus finanzas?
¿Utilizas un lenguaje de pobreza, como decir "no me lo puedo permitir", "nunca saldré adelante", "eso es mucho dinero", "todo es muy caro", "no sé cómo vamos a comer esta semana" o "el dinero ya no rinde"?
¿Sientes temor de las inversiones?
¿Evitas la planificación económica?
¿Sientes que falta generosidad en tu vida?
¿Experimentas envidia y haces comparaciones constantemente?
¿Suelas evitar tomar oportunidades que se te presentan?
¿Experimentas sentimientos de incapacidad e impotencia en relación con tus finanzas?
¿Tienes una baja autoestima en términos de tu situación financiera, habilidades y futuro?
¿Tienes la tendencia a ser codo o tacaño, y te resulta difícil dar a los demás?
¿Qué es una mentalidad de abundancia?
Una mentalidad de abundancia es: una convicción profundamente arraigada de que, a través de la fe en Dios, podemos anticipar y recibir con confianza sus abundantes bendiciones, no sólo en términos de riqueza material, sino también en términos de amor, alegría, paz, relaciones, oportunidades y crecimiento espiritual. Implica reconocer que los recursos de Dios son infinitos, y que Él se deleita en derramar sus bendiciones sobre quienes confían en Él y le obedecen. Esta mentalidad fomenta la gratitud, la generosidad y un sentimiento de satisfacción, pues reconoce que la provisión de Dios supera nuestras necesidades y se extiende a las necesidades de los demás.
¿Cómo sabemos que tener una mentalidad de abundancia es bíblico?
Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. (Filipenses 4:19, NVI)
¡Dios proveerá conforme a las riquezas de Su gloria! Él da abundantemente a sus hijos.
El Señor es mi pastor, nada me falta; (Salmos 23:1, NVI)
Cuando estamos sometidos a Su pastoreo, nada nos falta.
^33^Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. ^34^Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. (Mateo 6:33-34, NVI)
Cuando Dios es nuestra prioridad, cada una de nuestras necesidades es suplida. Dios suple para todo, incluyendo nuestras necesidades más básicas como lo que comemos, bebemos y la ropa que usamos. Si Dios mismo se preocupa por suplir para cosas tan básicas, o tan "terrenales", ¿por qué no supliría para todo lo que necesitemos en la vida?
¿Qué hay del evangelio de la prosperidad y la humildad?
Hemos establecido que Dios no es un Dios de escasez. Él es un Dios de abundancia y da de manera extravagante a sus hijos. Es importante entender que una mentalidad de abundancia no es lo mismo que promover un evangelio de prosperidad. Pero, como hijos de Dios, tampoco podemos predicar un evangelio de pobreza. ¡Eso iría en contra de la misma naturaleza de Dios!
El evangelio de la prosperidad es básicamente la mentalidad de la abundancia llevada a un extremo. El evangelio de la prosperidad ha sido llevado a un extremo donde se predica que los que viven en abundancia y tienen posesiones materiales son aquellos con el favor de Dios sobre sus vidas. Por otro lado, si uno está viviendo en pobreza, significa que uno está en pecado o posible ni siquiera es salvo. Hay un problema con esto. ¿Qué hay de los no creyentes que han sido bendecidos económicamente? ¿Qué hay de los pobres que aman a Dios con una pasión inamovible?
El joven rico en la Biblia tenía una mentalidad de pobreza. Teniendo todo, seguía temiendo la escasez. En cambio, José, habiendo sido vendido y siendo un esclavo, tenía una mentalidad de abundancia y en cada situación que se encontraba, prosperaba.
Estos extremos han llevado a muchos cristianos a no querer nada que ver con la abundancia, el dinero, las riquezas, etc. Lo justifican con términos como "humildad" o con versículos como Mateo 5:3. Pero la verdadera humildad no significa ser pobre. Tampoco significa menospreciarte a ti mismo. La humildad en el Reino es reconocer la grandeza dentro de nosotros porque Dios mismo nos creó y entregar la gloria por ella a Dios. Es reconocer que somos el reflejo de Dios, pero entregarle a Él la honra y adoración por lo que somos. En este sentido, ser humilde no es vivir en pobreza para honrar a Dios; es reconocer nuestra gran necesidad de Él y vivir como Sus hijos aquí en la tierra.
Entonces, ¿todos somos llamados a ser ricos? Hay una diferencia entre riqueza y abundancia. Dios quiere que tú prosperes en cada área de tu vida, pero eso no significa que todos vamos a llegar a ser millonarios. Lo que sí significa es que Dios tiene planes buenos para ti, para tu familia, para tu futuro, para tus finanzas, para tus relaciones, etc.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3 Juan 1:2, RVR1960)
Somos hijos de Dios y reflejamos al Padre
Una mentalidad de abundancia no está limitada a cuánto tienes o tienes. Va más allá de eso. Una mentalidad de abundancia refleja la imagen del Padre. Fuimos diseñados para ser como Dios y vivir como realeza. Un hijo de Dios puede tomar un lugar fuera del palacio en medio de los lugares más oscuros y aun así seguirá viviendo como realeza (José). Tú fuiste diseñado para vivir dentro de la abundancia de tu Padre. Hemos sido llamados a ser generosos, así como nuestro Padre es generoso. Nosotros somos el reflejo mismo de Dios aquí en la tierra. Renovemos nuestra mente para pensar como Dios piensa, para darnos cuenta que Él es bueno y para entender que Él quiere bendecirnos. Seamos generosos y agradecidos, confiemos en Dios para suplir nuestras necesidades. Honremos a Dios con nuestras finanzas, y sobre todo, ¡vivamos conforme a la abundancia de nuestro Padre!
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1 Pedro 2:9, NVI)