Hay una necesidad de hablar de la salud mental en la iglesia

La salud mental es algo que rara vez se menciona en la iglesia. Aun así, es un tema que está activamente afectando al mundo en general y específicamente a nuestras iglesias. Tristemente, no hablamos de la salud mental, ya que este tema muchas veces es visto como “secular” o incluso como una falta de madurez espiritual. Pero la realidad es que muchas personas dentro de nuestras iglesias, incluyendo a los pastores y líderes, están pasando por retos en cuanto a su salud mental. Durante la pandemia la ansiedad y la depresión aumentaron un 25%. Las personas fueron afectadas por el aislamiento y por los acontecimientos a su alrededor, y nuestras iglesias y líderes no son una excepción. Lo más impactante es que muchos pastores y líderes nunca hablan de esto por temor a ser juzgados, criticados, e incluso removidos del ministerio. En vez de ser parte de la solución, a veces la iglesia ha llegado a promover el problema.

El aislamiento es uno de los problemas principales de los líderes y pastores.

No es gran secreto que muchos líderes y pastores tienden a ser las personas más aisladas y desconectadas en sus entornos. Ya que son las “personas encargadas”, muchos tienden a verlos como una categoría propia. En la mente de los congregantes, los líderes llegan a ser las personas que están cerca de Dios y no tienen problemas terrenales. Esto los lleva a desconectarse más de la gente y los empuja hacia el aislamiento porque no hay nadie con quien se puedan abrir, compartir su corazón, e identificarse. El estar con personas puede llegar a ser simplemente “ministerio” y no es tiempo de conexión y ministración mutua. El aislamiento de líderes solo propicia el aumento de problemas de salud mental, como la depresión, ansiedad, suicidio, agotamiento, e incluso fallas morales. Siendo este el caso, ¿cómo podemos proveer salud emocional? ¿Cómo podemos ayudar a nuestros líderes? ¿Cómo podemos nosotros, como líderes, superar nuestros retos personales en cuanto a la salud mental?

¿Cómo podemos proveer salud emocional?

La realidad es que no estás solo. Si te estás identificando con estos puntos al leer, necesitas saber que a Dios le importa tu salud mental. Es esencial que comprendamos que como humanos tenemos tres partes: espíritu, alma y cuerpo. No podemos cuidar un área e ignorar las otras dos. Esto solo nos lleva al agotamiento y perpetúa el problema. Tenemos necesidades en nuestro espíritu, y éstas las suplimos por medio de conectarnos con Dios, orar, leer la Biblia, etc. Pero también tenemos necesidades del alma (emocionales) y físicas. No quiero decir que debemos descuidar nuestro espíritu, ¡de ninguna manera! Pero el ayunar cuando tu cuerpo necesita descanso y nutrición no va a ayudar a resolver nada. El cuidar tu espíritu y descuidar tu cuerpo y alma sería como correr un maratón cuando estás recuperándote de un terrible resfriado. Correr y hacer ejercicio es bueno, pero en este momento lo que verdaderamente necesitas es descanso y una dieta saludable. No siempre puedes orar y arreglar todo. Entonces, ¿qué puedes hacer?

• Entiende que Dios se preocupa por ti y tu vida es importante para Él. (1 Pedro 5:7) Elias estaba pasando por algo similar en la Biblia. (1 Reyes 19) Jezabel quería matarlo y él se llenó de miedo y huyó. Elías había llegado al fin de sus fuerzas, e incluso le pide a Dios que le quite la vida. Elías estaba deprimido, asustado, cansado, y quería morir. ¿Qué fue lo que hizo Dios? Dios no le dijo que ofreciera un sacrificio. No le dijo que ayunara. No le dijo que orara. En este momento Dios lo dejo dormir y después le dio de comer. ¡Muchos líderes simplemente necesitamos comer y dormir bien! Así como Dios se preocupó por Elías y cuidó de él, Dios también se preocupa por ti y por tus necesidades prácticas. ¡Él te ama y te entiende! Incluso Jesús experimentó ansiedad, dolor, hambre, y cansancio. Tenemos un Dios que comprende. (Hebreos 4:15)
• Conéctate con otros líderes y pastores quienes pueden aconsejarte y hablar a tu vida. Este puede ser el reto más grande, pero el aislarte no va a ayudarte. Abrirte y compartir lo que verdaderamente está pasando en tu vida requiere de valentía, pero Dios nos diseñó para vivir en comunidad y para edificarnos los unos a otros. (Gálatas 6:2) Piensa en algunas personas con las que puedes abrirte, personas con las que te puedes identificar, o incluso un buen amigo que sabes que está allí para ti. Cada que quieras aislarte, busca conectarte con alguien de manera saludable. Lo volveré a decir, ¡no estás solo!
• Cuida de tu salud. Esto puede parecer muy simple y nada espiritual, pero tiene un impacto enorme. Cuida de tu dieta, duerme por lo menos 8 horas al día, haz ejercicio regularmente, y toma agua. Si aún no tienes un pasatiempo, busca algo que te apasione aparte del ministerio y el trabajo. (¿Te gusta la repostería, armar rompecabezas, la natación, etc?) Haz que un día de descanso sea una prioridad. Pasa tiempo con tu familia y tus amigos. Puede ser muy básico, pero hacer esto va a beneficiar tu salud mental de maneras increíbles. Son pequeñas acciones con grandes resultados. Recuerda que cuidar de tu cuerpo y tu alma no es menos espiritual que cuidar de tu espíritu. Somos seres trinos, y debemos ser buenos mayordomos de cada área de nuestras vidas.

Creo que este es un tema de suma importancia. Si estás pasando por esto, ¡no te desanimes! Vas a lograr superar esto y no estás solo. Si estás leyendo esto y no estás pasando por ninguna situación en cuanto a tu salud mental, busca maneras en las que puedes apoyar a las personas a tu alrededor. Como iglesia, ¡te necesitamos!